Las uñas son un tejido vivo y poroso de nuestro cuerpo y por tanto absorbe lo que le aplicamos.
Debido a la formulación necesaria para la fabricación de un esmalte, éstos no puede ser un producto orgánico o natural.
Lo que las marcas ecológicas hacen al fabricar sus esmaltes es eliminar de sus fórmulas los ingredientes más nocivos y tóxicos.
Estos ingredientes son:
- Forlmaldehido: Utilizado como conservante y endurecedor, fue declarado oficialmente por la OMS como cancerígeno
- Resinas de formaldehido: Sustancia que puede liberar formaldehido y podría contener niveles residuales de esta sustancia tóxica. Puede producir dermatitis.
- Tolueno: Utilizado como disolvente, la exposición a este químico, puede causar dolores de cabeza, fatiga o mareos entre otros síntomas.
- Ftalatos: Los ftalatos de dibutilo (DBP) se utilizan como disolventes, suavizantes o fijadores de aromas. Diversos estudios científicos los relacionan con disfunciones del sistema nervioso, alteraciones del ADN y malformaciones del feto.
- Alcanfor: Sustancia aromática derivada de la madera del árbol de alcanfor que en determinadas proporciones puede ser tóxica
- Colofonias: Es una resina utilizada como colorante y emulgente cuya exposición está asociada a la aparición de asma o dermatitis de contacto entre otros síntomas
- Parabenos: Son conservantes por su acción bactericida y fungicida que fueron relacionados en un estudio científico con el cáncer de mama
- Xileno: Derivado del petróleo utilizado como diluyente y disolvente que puede producir irritaciones en la piel, dolores de cabeza o fatiga.
Aunque los esmaltes ecológicos no contengan estos ingredientes, su duración es la misma o incluso mayor que le resto de esmaltes.
Pero si quieres conseguir una duración extra de tu esmalte, utiliza la base como protección de tu uña y el top coat para sellar el esmalte.