Los correctores nos permiten disimular y cubrir discromías de nuestra piel ayudándonos a obtener un acabado radiante y espectacular.
En la piel puede aparecer manchas oscuras, rojeces o tonos poco favorecedores en la zona orbicular del ojo. Con los correctores podemos matizar esos tonos pero para ello deberemos saber qué color o tono es el correcto para corregir cada tipo de discromía.
Existe distintas texturas de correctores; podemos encontrarlas más o menos fluidas. Las más fluidas nos resultarán más hidratantes y las más compactas(en lápiz por ejemplo) nos darán un poquito más de cobertura.
Estos son los tonos que usaremos en las correcciones:
- Verde: Para cubrir rojeces y granitos
- Naranja/salmón: Cubre manchas azuladas causadas por la presencia e venas, hematomas, manchas oscuras, pecas o lunares. También se utilizan en caso de ojeras azules muy marcadas.
- Lila/morado: Disimula venas verdosas marcadas o moratones cuando presentan tonos verdosos.
- Amarillo: Neutraliza colores amoratados como ojeras moradas o hematomas.
Cuando utilizamos corrector de color natural para la zona de la ojera, elegiremos un subtono beige/amarillo para ojeras amoratadas/azuladas y uno con subtono rosáceo para ojeras amarronadas o verdosas.
Lo aplicaremos dando golpecitos para ayudar a fijarlo, nunca arrastrándolo.
Las correcciones con colores intensos (amarillo, lila, verde…) las haremos antes de aplicar la base y las de color natural las haremos encima de ésta.
Como pasa con todos los productos de cosmética Bio y orgánica, los correctores están libres de siliconas que son oclusivas, de parabenos, relacionados con el cáncer de mama o los derivados del petróleo que taponan el poro, además de ser tóxicos. Con los sellos certificadores que poseen este tipo de cosmética podemos estar tranquilos de que no aparecerá ningún ingrediente tóxico en sus fórmulas.